El Gallito de las Rocas o Tunqui es una de las aves más espectaculares del mundo. Su fantástico plumaje y colorido despliegue para cortejo se equiparan a las de cualquier ave del paraíso. Se distinguen dos especies: (1) el Gallito de las Rocas Andino (Rupicola peruviana) y (2) el Gallito de las Rocas Guayanés (Rupicola rupicola).
Ambos viven en áreas montañosas del norte de Sudamérica. La primera de las citadas especies se distribuye en los Andes, desde Venezuela hasta Bolivia; la segunda se encuentra en las montañas más antiguas y altamente erosionadas que quedan al este de los Andes y al norte del Río Amazonas (es decir, en las Guyanas y áreas adyacentes de Venezuela, Brasil y Colombia).
La dieta de ambas especies principalmente es fruta y sus nidos se construyen en las caras rocosas de los riscos, las grandes rocas alisadas, las cuevas o los desfiladeros empinados. La hembra construye el nido y cuida las crías sin ayuda del macho. El tamaño normal de la nidada es dos huevos.
Los machos adultos pasan la mayor parte del tiempo en los lugares de cortejo comunal llamados leks, donde defienden las cortes de exhibición terrestres y/o perchas cercanas de los otros machos. Aquí se exhiben ante las hembras que visitan el leK. Entonces, las hembras seleccionan los machos con los que se aparearán (Snow 1982).
La conducta de cortejo y anidación del gallito de las rocas incrementa la diversidad vegetal local
Cuando el Gallito de las Rocas come fruta, se traga enteras muchas de las semillas y la mayor parte de éstas queda intacta al pasar a través de su sistema digestivo. Entonces, muchas semillas quedan en condiciones de germinar cuando el Gallito de las rocas defeca o las regurgita a distancias considerables de los árboles originales. De esta forma, el Gallito de las Rocas desempeña un papel importante en la dispersión de semillas de muchas especies diferentes de los árboles tropicales.
Debido a que el Gallito de las Rocas macho adulto dedica su tiempo y realiza actividades en los alrededores del lek y la hembra adulta dedica su tiempo y realiza sus actividades alrededor de los nidos en los peñascos (varias hembras pueden construir suis nidos cerca a otras), con mucha frecuencia las semillas son depositadas en los leks y los nidos.
Por ejemplo, en un lek de Gallitos de las Rocas Guayaneses en Guyana Francesa, Thery y Larpin (1993) encontraron semillas de 21 especies de plantas debajo de las perchas de los machos. Se piensa que todas fueron defecadas o regurgitadas por los machos. Del mismo modo, Erard et al. (1989) reunieron los excrementos que se hallaban debajo de nidos de Gallitos de las Rocas Guayanés en Guyana Francesa encontrando en éstos semillas de 52 plantas. En un estudio preliminar, Benalcazar & Benalcazar (1984) reunieron excrementos que se hallaban debajo de siete nidos de Gallitos de las Rocas Andinos en un lugar al oeste de Cali, Colombia y encontraron semillas de por lo menos 35 especies vegetales.
Cuando se depositan altas densidades de semillas en leks o lugares de anidación y cuando las condiciones ambientales son favorables para su germinación y crecimiento, la abundancia de las especies vegetales que crecen a partir de estas semillas puede aumentar considerablemente en leks y nidos, haciendo que las comunidades vegetales de estos sitios sean diferentes a aquellas de la selva de los alrededores.
Por ejemplo, en el lek del Gallito de las Rocas Guayanés en Guyana Francesa antes mencionado, en el que Thery y Larpin (1993) encontraron semillas de 21 especies de plantas debajo de las perchas de los machos, también se halló evidencia de que los machos habían alterado la diversidad y abundancia de las plantas en el lek al dispersar las semillas. El lek estaba ubicado en el risco de un monte empinado de granito y su vegetación difería notablemente de aquella observada en la selva de los alrededores y cimas de los riscos vecinos. Mientras que la mayor parte de la flora de estos otros lugares era realmente homogénea, la vegetación del lek era un mosaico de especies vegetales típicas de varias comunidades diferentes. Después de analizar más detalladamente la vegetación del lek, Thery y Larpin llegaron a la conclusión de que la mayor parte era el resultado de una diseminación prolongada de semillas por parte de los Gallitos de las Rocas machos.
En la selva tropical de la Guyana Británica, Gilliard (1962) encontró varios papayos (Carica papaya) creciendo en la base de una inmensa roca sobre la cual estaban anidando varias hembras del Gallito de las Rocas Guayanés. Debido a que no observó ningún otro papayo en la selva, él especuló que las hembras del Gallito de las Rocas se habían alimentado de las papayas en plantaciones nativas localizadas a gran distancia, regurgitando las semillas en sus nidos posteriormente.
Selección del lugar de anidamiento
Las hembras del Gallito de las Rocas construyen sus nidos en las caras verticales de las rocas, en cavernas o grietas, utilizando principalmente lodo mezclado con saliva y algunos materiales de plantas (Snow 1982, Gilliard 1962; Sarria-Salas 2005). El interior es revestido con fibras de plantas (Gilliard 1962; Benalcazar y Benalcazar 1984; Sarria-Salas 2005).
Ya sea que el lugar del nido se encuentre en la entrada o al interior de la caverna, o en una escarpada vertical de rocas, usualmente posee determinadas características generales. Por ejemplo en el estado Brasileño de Amazonas, los lugares de anidamiento del Gallito de las Rocas Guayanés usualmente poseen los siguientes cuatro elementos: (1) cercanía a un curso de agua, (2) sombra o media luz en lugar de luz solar total, (3) humedad, (4) hendiduras, rajaduras, fisuras o cavidades en la roca en las cuales se construye el nido (Omena 2003). Si estas características no están presentes, el nido se secará y luego se fragmentará cuando la hembra se siente en el (Omena 2003). Por este motivo, los acantilados o cavernas secas nunca se usan para el anidamiento (Omena 2003).
Aunque el nido usualmente se ubique cerca de un curso de agua, no es necesario que este último sea permanente. Por ejemplo, de los 33 nidos del Gallito de las Rocas Guayanés que se encontraron en el estado Brasileño de Amazonas, 29 (88%) fueron construidos a 2.7 - 9.1 metros de arroyos permanentes, mientras que 4 (12%) fueron construidos a 37.7 - 45 metros de un río (Omena 2003). Sin embargo, Estos cuatro últimos nidos también fueron construidos a 3.3 - 6.0 metros de arroyos intermitentes que estaban secos cuando se inició la construcción, pero que corrieron de nuevo posteriormente cuando el volumen de precipitaciones creció (Omena 2003).
Inquilinos secundarios
En una quebrada con un arroyo de corrientes rápidas cerca de Cali en Colombia, un nido abandonado de un Gallito de las Rocas Andino fue renovado y usado como nido por un mirlo acuático coroniblanco (Cinclus leucocephalus) (Sarria-Salas 2005). Las dos especies comparten los mismos hábitats ribereños y poseen ámbitos similares (la parte norte de los Andes desde Venezuela hasta Bolivia).
Depredación en los leks del gallito de las rocas
Cuando los Gallitos de las Rocas machos se exhiben en los leks de cortejo, tratan de atraer a las hembras con ruidos fuertes, plumajes de colores brillantes y gran actividad. Lamentablemente, dicha exhibición llamativa también atrae depredadores a los leks. En Surinam, Trail (1987) descubrió que los gritos de los Gallitos de la Rocas Guayaneses machos que se exhibían en los leks podía oirse a varios centenares de metros de la selva. Un diverso grupo de depredadores fue atraido a los leks que estudiaba, en el que se incluían las siguientes especies: Aguila-azor Galana (Spitzaetus ornatus), Arpía Menor (Morphnus guianensis), Busardo Blanco (Leucopternis albicollis), Busardo-negro Urubitinga (Buteogallus urubitinga), Gavilán Bicolor (Accipiter bicolor), Halcón Montés Collarejo (Micrastur semitorquatus), Jaguar (Panthera onca), Puma (Puma concolor), Ocelote (Leopardus pardalis) y la serpiente Boa constrictor. Además, Trail observó la muerte de cuatro Gallitos de las Rocas machos que se exhibían en el lek: 2 causadas por el Aguila-Azor Galana; y 2 por la serpiente Boa constrictor.